sábado, 28 de febrero de 2015

Hace frío, y él sigue allí: temiendo a la noche
entre cartones y olvido,...bajo la sombra de
un coche como los perros dormido.
Duerme soñando que la ciudad es su reino,
donde quemar mansiones es un hecho
y durmiendo se olvida que el andar de su
vida solo es camino al infierno.
¡Sigue soñando!, aventurero del mundo,
con tu mirada rota de ausencia y de pena,
surcando sin timón ni popa ni rumbo esos
mares de playas sin sirenas... compañero
vagabundo. Pirata de islas sin tesoro, alma
bañada en plata que soñó castillos de oro,
¡suena!, hasta que la luz de la mañana eche
a ese frío que como ocupa en tu cuerpo
habita; sueña... hasta que el asco del gentío
muerda tu alma triste de soledad marchita;
ese alma que se prende como leña, que del
mundo aprende y que al mundo enseña.
Duerme
Compañero, duerme; duerme.... y sueña.


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