sábado, 28 de febrero de 2015

Te entristece la tristeza que en sonrisa se convierte, y
te conviertes en sonrisa si el poder tiende a ayudarte;
haces asco a la pobreza que termina con la muerte y,
con más jamás que prisa, pones algo de tu parte.
Eres otro de los tantos que se llaman buenos hombres
porque echan un puñado de monedas al cepillo,
olvidándose los llantos de esa gente sin un nombre
de ese pueblo destrozado por el hambre de un chiquillo.
Dices pena cuando escuchas por la tele o por la calle
que una guerra ha destruido cien familias o mil vidas,
pero ayudas a la lucha, aunque el miedo te avasalle,
porque ignoras al mendigo y luego tiras la comida.
Retorna a tus principios, recuerda las caídas que has sufrido,...
ten valía y pon un poco de tu parte, que aún existen principios,
¡que aún existen otras vidas!, y no olvides que, algún día,
la fría muerte irá a buscarte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario